Había una vez en un reino no muy lejano un rey y
una reina que vivían felices y tuvieron a una preciosa hija, era la niña más
guapa del reino, tenía el pelo dorado como el sol, una piel blanca como la
nieve y unos ojos azules como el océano. La llamaron Bela . Fueron pasando los
años, y los tres vivían felices y la pequeña princesa crecía y se iba haciendo
más hermosa cada día. Hasta que un invierno helador la reina cayó enferma, el rey estaba muy preocupado ya que su mujer
no se recuperaba, por eso hizo venir al reino a los mejores médicos de los
alrededores, pero estos sólo le daban malas noticias, le decían que la
enfermedad de la reina no tenía cura. La reina que se encontraba en cama, hizo
llamar a la pequeña Bela. La reina le conto a su pequeña niña que estaba muy
enferma y que sintiéndolo muchísimo no podría verla crecer, por eso le hacía
entrega de una cadena de oro, con el anillo de casada y una pequeña luna. Le
digo que mientras lo llevará puesto ella le acompañaría en aquellos momentos
difíciles y que algún día le serían necesarios. La pequeña se lo coloco en su
delicado cuello y abrazó con mucha fuerza a su madre. El invierno se fue y con
él se llevó a la reina. El rey y la princesa se pusieron muy tristes.
Fueron pasando los años, y la pequeña princesa se
fue convirtiendo en una preciosa adolescente, una de las más hermosas del
reino. El rey se volvió a casar con una mujer que tenía un hijo de la misma
edad que Bela. Los dos se llevaban muy bien, jugaban juntos en los jardines del
palacio, montaban a caballo, el nuevo hermano de Bela, le enseñaba a trepar por
los arboles, a disparar con el arco, etc. Bela era feliz pudiendo hacer lo
mismo que su nuevo hermano, pero el rey pensó que su hija ya iba teniendo edad
para asistir a los bailes, presentarse en sociedad, vestirse con elegantes
vestidos, encontrar a un príncipe y casarse. Esta nueva idea no gustó nada a
Bela, pero la acepto, ya que no quería decepcionar a su padre. Bela empezó a
asistir a los bailes, la presentaron en sociedad, la vestían con preciosos
vestidos, y en un baile un príncipe de un reino vecino se quedo fascinado por
su belleza. El príncipe bailo con Bela, luego se pusieron a hablar de muchas
cosas, el príncipe se enamoro aun más de Bela porque aparte de ser preciosa, no
era como las demás princesas, le gustaba salir al bosque a cazar, sabía manejar
el arco, escalar por los arboles, etc. Además se fijo en el collar que llevaba la
joven con el anillo de su madre y la luna.
A los días el príncipe se presento delante del rey
y le pidió la mano de Bela, el rey estaba encantado con la idea, y le dijo que
sí. Cuando el rey le propuso la oferta de casarse con el príncipe a Bela, ella
se enfado, porque nadie la había preguntado a ella. Cómo no quería decir que no
y faltar a la palabra que su padre le había dado al príncipe, sólo puso dos
condiciones antes de casarse, la primera quería como regalo de pedida, el
vestido más bonito de todos los reinos y todos los tiempos, y cómo regalo de
bodas, quería la pócima más fantástica de todos los reino y todas las épocas. El
rey le trasmitió las condiciones de su hija al joven príncipe, y este enseguida
se puso manos a la obra.
Pasado unos meses, el joven príncipe se presento en
el palacio de Bela y le dijo al rey y a la joven princesa que ya disponía de
los regalos, Bela no lo podía creer, pensaba que le costaría más trabajo y
sobre todo tiempo. El joven príncipe enseño el primer regalo, un fantástico
vestido, hecho con las mejores telas de todos los reinos y países del mundo,
era espectacular, dorado como el sol, luminoso como las estrellas,
resplandeciente como la luna. Y por último el príncipe le entrego a Bela un
frasquito en el que contenía uno de los mejores hechizos, hecho por todas las
hadas, magos, seres fantásticos de todo el mundo, y le explico que el hechizo
tenía de mágico que convertía a la persona que se lo bebiera en la persona,
objeto o animal que quisiera. Además era inagotable, por más que lo usase nunca
se gastaría. Así que una vez dado los regalos, el rey confirmo la fecha de la
boda. Bela seguía sin quererse casar con el joven príncipe, aun que lo
consideraba muy guapo y bueno, ella quería ser libre, decidir por ella misma lo
que quería o no hacer. Así que esa misma noche, cogió el vestido y el frasquito
que le había regalo el príncipe lo empaqueto, se puso un abrigo con una capucha
para cubrirse la cara y se escapo. Estuvo varios días andando si parar para no
ser encontrada por los caballeros de su padre, hasta que por fin estuvo lo
bastante lejos de su reino. Decidió que necesitaría encontrar un trabajo y un
sitio donde vivir, pero tenía miedo de que la reconocieran, así que pensó en
beber un poco del hechizo que le había regalado el príncipe y convertirse en
una muchacha menos llamativa en belleza, y así lo hizo. Encontró un reino
vecino y se presento en el castillo para ver si necesitaban ayuda en el
servicio, la jefa del servicio le dijo que tenían un puesto en la cocina para
limpiar platos, fregar, pelar patatas, etc. Y que podía quedarse, BELA acepto
encantada. El cocinero al principio era muy duro con la joven, pero poco a poco
le fue cogiendo cariño y le fue dando más responsabilidades en la cocina. Una
noche el cocinero estaba muy ocupado y mando a Bela a llevarle al príncipe del
castillo la cena, y así lo hizo. Al llegar al salón para servirle la cena al príncipe,.
Bela se dio cuenta que aquel príncipe era
él que quería casarse con ella, pero él no la reconoció gracias al hechizo. Fueron
pasando los meses y como cada noche la joven le servía al príncipe, empezaron a
hablar. El príncipe se dio cuenta que aunque la joven sirvienta no era muy hermosa si era simpática, atenta y le
gustaba pasar ratos con ella hablando. Un día el cocinero le contó a Bela que se
prepararía una gran fiesta para el joven príncipe, ya que hacía tiempo iba a
casarse con una muchacha, pero está desapareció, y el príncipe tenía que
buscarse a otra con quien casarse. Esto entristeció mucho a la joven, porque en
el fondo Bela amaba al príncipe, y más ahora que lo había podido conocer.
El día de la fiesta, todo el servicio estaba muy
liado sirviendo, preparando la comida, atendiendo a los invitados, etc. Bela se
encargo de servir durante la cena de la fiesta en la mesa donde estaba el príncipe,
y pesó en ponerle dentro de su sopa la estrella que llevaba en su collar,
porque cuando ella y el príncipe se conocieron, esté se fijo en el collar. Bela
sirvió la sopa al príncipe y se fue, detrás de las cortinas miro a ver si se
daba cuenta de lo que había en su sopa. El príncipe empezó a comer, y se dio
cuenta que algo brillaba en su plato, lo cogió y se quedo muy sorprendido al
ver que era la luna que llevaba la muchacha con la que se iba a casar. Empezó a
mirar a todos los lados a ver sí la veía, pero no fue así. En el segundo plato,
Bela puso el anillo de su madre, y se lo sirvió al príncipe, este lo encontró y
lo reconoció como el anillo que llevaba la joven con la que se iba a casar. El
príncipe no entendía nada, no sabía cómo llegaban esos objetos de su plato, si
ella no estaba. Pregunto a la gente del servicio, pero nadie sabía decirle
nada. Preguntó también a Bela, pero ella tampoco le dijo nada. Al día siguiente
Bela volvió a servirle como cada día al príncipe, y al verle tan triste, le
preguntó que le pasaba. Este le conto cómo se había enamorado de una joven
hermosa, había pedido su mano, se iban a casar, pero ella desapareció. Y que en
la fiesta había encontrado en sus platos dos objetos que la joven llevaba
siempre y pensaba que la había vuelto a encontrar, pero que no fue así. Bela
pudo ver en sus palabras que el joven estaba realmente enamorado de ella.
Al poco se celebro un baile, donde iban a ir todas
las princesas de los reinos próximos para que el príncipe pudiera escoger una
como su futura esposa. Bela pidió permiso al cocinero, después de acabar con
sus labores para irse, éste le dio permiso y Bela fue corriendo a su
habitación, se peino, se limpio y se puso el vestido que el príncipe le había
regalado. Pensó que así él la descubriría y sabría quien era.
Bajo al gran salón, todo el mundo se quedo fascinado
con el vestido, pero pensaron que era un vestido demasiado bonito, para una
muchacha tan corriente y poco hermosa. El príncipe al verla, se dio cuenta que
aquel era el vestido que le había regalado a su joven prometida, y fue
corriendo hacía Bela. Le pregunto qué hacía ella con ese vestido, y Bela le
contó toda la verdad. Le dijo que en realidad aquella muchacha del servicio era
la joven hermosa de la que se había enamorado. El príncipe no podía creerlo,
pero al oír toda la historia, ver el vestido, se dio cuenta que aquella
sirvienta era en realidad su joven amada. Y los dos decidieron casarse. Pero antes Bela
quería volver a su reino. Los dos regresaron al reino de la joven y pidieron
ver al rey. El rey se encontraba enfermo
y triste por la pérdida de su hija y no quería ver a nadie, pero Bela le dijo
al sirviente que le diera el anillo de su madre al rey, el rey al ver ese
anillo supo rápidamente que su hija había vuelto, pero su sorpresa fue que se encontró
a una muchacha que no se parecía nada a su hija. Bela le explico todo la
historia al rey, a su madrastra y a su hermanastro. Y al final todos la
creyeron y se pusieron muy felices al ver que la joven había vuelto a casa y se
iba a casar con el príncipe. Bela decidió no volver a tomar el hechizo y
volverse hermosa como antes, porque siendo una joven sirvienta poco hermosa la
vida le sonreía y era feliz.
¡Y zapatito roto, la profe me cuento otro!
Adaptación
del cuento: “Toda clase de pieles”:
He
cambiado algunas cosas de la versión de “toda clase de pieles”, además se ha
hecho un poco extensa la historia, pero al ser un cuento folclórico, la manera
de contarlo será como cuentacuentos.
Las
cosas que he cambiado han sido:
El
rey no se casa con su hija, sino que se casa con otra princesa y está a su vez
tiene un hijo. He introducido esta parte porque creo que en los tiempo en los
que estamos cada vez las familias son más diferentes, ya no existe por norma la
familia tradicional, ahora podemos encontrarnos niños y niñas en nuestras aulas
con familias muy variadas (monoparentales, reconstituidas, homoparentales,
etc.)
He
acortado los regalos a dos, el vestido y el hechizo. El primero me ha servido para
que Bela lo utilice para demostrarle al príncipe quien era en realidad sin
volver a convertirse en la joven hermosa. Y el hechizo me ha servido para que
la joven pueda transformarse en otra persona y no ser reconocida. Además he
hecho que la protagonista se convirtiera en una joven menos hermosa, para que
el príncipe pueda enamorarse no sólo de la belleza, sino también de la persona.
Creo que es algo que los niños pueden extraer del cuento. También he pensado
que si algún día utilizó este cuento en mi aula, puedo hacer muchas actividades
con los niños. Una de ellas, después de la lectura y de hablar con ellos,
podemos crearnos nuestros propios frasquitos de hechizo. Podemos hacer que los
niños hagan su propia pócima utilizando materiales e ingredientes, como sal,
agua, azúcar, zumo de limón, de naranja, etc.
He
quería darle importancia al hecho de que la protagonista se marcha de su casa
porque no quería que su padre tome la decisión por ella de casarse, ella quiere
vivir su vida a su manera. Como cuenta la historia, ella es una niña que le
gusta hacer lo mismo que a su hermanastro, jugar, saltar, ir al bosque, no ir a
bailes y ponerse vestido como se supone que deben hacer las princesas. Ella se
rebela contra esos estereotipos y huye de casa. Al irse, decide pasar
desapercibida convirtiéndose en una
muchacha normal, no tan hermosas. Y empezara a valerse por sí misma, por eso
busca un trabajo.
Otro
punto a destacar en mi adaptación es el hecho de que no he querido que Bela
volviera a beberse la pócima y convertirse otra vez en la joven hermosa, ya que
siendo una muchacha normal pudo hacer ver al príncipe que no era sólo belleza.
Y que las personas son más cosas que su aspecto exterior, que a veces vale más
ser cariñosa, amable, simpática, y no
ser guapísima. Aunque quede típico decirlo, es bueno que los niños y niñas dese
pequeños entiendan que la belleza también se encuentra dentro de las personas y
que para ello hay que detenerse a conocerlas, porque esa belleza oculta no se
ve a simple vista.
Esta
historia la contaría y la trabajaría con niños y niñas de 2º ciclo de educación
infantil, de unos 5-6 años.
Creo
que podría incluir la historia dentro de un proyecto educativo., donde la
historia sea el hilo conductor. Se podrían programar actividades, además de la
de la pócima, otras muchas cómo crear un castillo para el aula, traer
información sobre princesas, príncipes, reinos, etc. Crear disfraces de príncipes,
princesas, etc.
Perfecto.
ResponderEliminarQué adaptación tan original, me ha gustado un monton, con tu permiso me la guardo para contársela a mis futuros alumnos. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn besote