Este
curso sabía que iba a tener la asignatura de literatura infantil, al principio pensé:
“¿literatura? ¿Otra vez a aprenderse los autores de la generación del 27?” pero
al ver que iba acompañado de la palabra “infantil” ya empecé a imaginar que no
sería igual que la literatura del instituto. Además hablando con otros
compañeros de cursos más avanzados me empezó a entrar el gusanillo por
cursarla.
Y
el primer día de clase, ya di por hecho que no sería una asignatura pensada,
sino todo lo contrario, una asignatura que me abriría una ventana hacia los
libros, hacia las ilusiones, donde aprendería a valorar la importancia de los
cuentos y relatos y cómo trasmitir ese mundo de fantasía a los niños.
En
este primer bloque nos adentramos en el mundo d los libros infantiles de autor
y de cómo analizar y seleccionar buenos libros para nuestros futuros alumnos.
En
primer lugar debemos tener varios conceptos claros. Cuando hablamos de libros
nos referimos al formato, mientras que cuando decimos cuentos nos referimos al
relato breve, es decir, al contenido. También hay que tener claro la diferencia
entre literatura (infantil o no) y paraliteratura. Para que un texto sea
literario (ya sea infantil o no) debe tener cuatro criterios muy claros:
1.
Intencionalidad
artística.
2.
Que pertenezca a
uno de los tres géneros literarios (narrativa, verso o teatro).
3.
Uso de la función
estética o poética (que provoque al lector, que juegue con el lenguaje de
manera especial)
4.
Un texto literario
debe ser ficción.
La
paraliteraruta al contrario, no reúne algunos de estos requisitos, y además en
infantil tienen una finalidad muy marcada que es la moralizante o didáctica.
Pretende enseñar a los niños algo en concreto. Por ejemplo: “Pocoyo y las
estaciones”.
La
literatura, y también la infantil, no tiene como objetivo enseñar al lector,
sino entretenerlo, divertirlo, y por supuesto que podemos sacar una enseñanza
de los libros, pero ese no es el fin. Es cómo cuando te lees un libro o ves una
película, cada persona saca algo de ella, pero el director o escritor no
pretendía dar una enseñanza.
Para
entender mejor literatura vamos a hacer una breve cronología de su historia. En
primer lugar debemos separar en dos líneas lo que es literatura popular de
literatura de autor.
Al
principio la literatura era popular, popular en el sentido del pueblo. Se
trasmitía de manera oral, por el alto nivel de analfabetismo. No existía una
literatura infantil, no era diseñada para niños, sino que los niños oían las
historias que se contaban en las casa a la luz de la lumbre. No es hasta el
siglo XVIII cuando se empieza a poner por escrito. Se empiezan a recoger por
escrito las historias del pueblo, se recogen y se publican. Aunque los que más
compran esas historias son niños (entre 11 y 12 años) no se considera
literatura infantil, aunque gusten a los niños. Juan Cervera, le llama
literatura ganada.
La
literatura de autor surge en la Edad Media, eran los nombres y ricos los que leían
textos, sobre todo sagrados y siempre encaminados a moralizar. No es hasta
finales del siglo XVIII cuando se crea la primera librería infantil del mundo,
aunque los textos siguen siendo moralizantes. Es también en este siglo cuando
se empieza a escolarizar a los niños más o menos sobre los 7-8 años, y se
empiezan a crear colegios para las posiciones más desfavorecidas. Pero seguimos
con textos moralizantes, aunque empiezan a ser cada vez más didácticos.
A
finales del Siglo XIX principios del S. XX sucede un importante hito histórico,
la revolución industrial, por lo que se mejora la producción de los libros, se
abarata el coste de producir libros. En España una editorial que marca una
evolución en la literatura para niños es Calleja. Tenía dos líneas: los textos
folclóricos y los textos creados para educar a los niños (moralizantes). Eran
libros que estereotipaban a los niños que la sociedad quería. (por ejemplo:
Josefina la generosa). La moraleja de esos libros eran a los niños buenos les
pasan cosas buenas, a los niños malos les pasan cosas malas. Podemos decir que en España hasta que no se
publicaron los primeros libros de “Celia” de Elena Fortun, no se puede hablar
de literatura infantil, ya que Celia si esta creada para niños. Mientras en
España, se empiezan a publicar libros de series radiofónicas que gustan mucho a
los niños, como por ejemplo: “Antoñita la fantástica” “Matilde, Perico y
Periquin”.
No
es hasta los años 80 cuando podemos empezar a hablar de literatura propiamente
infantil, se crean libros para el disfrute de los niños, sin ser didácticos ni
moralizantes. Y ya en los años 90 hay un boom y se empiezan a crear los álbumes
de imágenes y libros para pre-lectores, se crean editoriales infantiles, librerías,
etc.
Ahora
que ya tenemos más claro lo que es literatura de paraliteratura, y hemos podido
ver la evolución de esta, debemos tener en cuenta los tres géneros literarios.
Aristóteles
hace una clasificación de los tres géneros literarios, según el contenido:
Género narrativo
|
Cuenta historias
|
Género lirico
|
Expresa sentimientos
|
Género dramático
|
Imita la realidad
|
En
literatura infantil, lo más usado es la narrativa, en prosa. En literatura infantil
no existen en sí libros dramáticos, pero sí obras destinadas a los niños. Es
decir, no podemos hacer que un niño lea
una obra teatral, ya que no la entendería, pero sí encontramos materiales para
que nosotros, los educadores, representemos o interactuemos con los niños. La poesía se utilizaba para recitar, para
trabajar aspectos educativos, pero no tenía nada que ver con los niños, no
estaba destinada a ellos, eran textos escritos por adultos, con sentimientos de
adultos, por ello los niños no podían identificarse con esos sentimientos. No
es hasta la aparición de Gloria Fuertes, cuando empieza a hablarse de poesía
infantil.
La
parte más práctica de este bloque es cómo analizar un libro y hacer una buena
selección para acercar a los niños y niñas libros apropiados a su edad. Como
futuros docentes debemos tener presente una serie de criterios para hacer una
buena elección de libros. Debemos tener en cuenta a edad de los niños, que les
puede interesar para su edad y su momento evolutivo, el aspecto externo (los
colores, si son llamativos, la portada, etc), las imágenes, si son
estereotipada, si reflejan el sentido de la historia, la letras, sobre todo que
sea clara si va destinado a pre-lectores, aunque también podemos leerlo
nosotros, si el libro nos gusta mucho, tener en cuenta el contenido del libro,
los temas de los que trata, si son apropiados para la edad de los niños, la estructura
que sigue, si el lenguaje es entendible para los pequeños, si los personajes
son adecuados y los niños pueden identificarse o no con ellos. (ejemplo de un análisisde un libro para esta asignatura)
Cuando
hablamos de analizar y seleccionar libros, no debemos caer en el error de
seleccionar aquellos libros que enseñen a los niños cosas, las estaciones, los números,
etc. Ya que si no estaremos hablando de paralitratura, en vez de literatura
infantil. Debemos tener presente que cuando leemos a los niños, les contamos
historias ellos sacan cosas, de identifican, nos explican sus expreriencias,
nos hablan de lo que les ha gustado o no de esa historia, si sienten los mismo
que el protagonista, ESO ES LO QUE DEBEN HACER LOS LIBROS, HACERNOS DISFRUTAR. No
ensenarnos que debemos ser buenos, compartir, etc… eso ya lo aprenderán y
podemos enseñárselo de muchas maneras.
Como
futura maestra me gustaría trasmitir a mis alumnos el placer de leer por leer,
el placer de contar cuentos, historias, ¿a quién no le gusta que le cuenten una
historia? O ¿no recordamos de pequeños la alegría que sentíamos cuando nuestra
abuela, abuelo, madre o padre nos contaba un cuento? Lo fantástico que tienen
los libros, esa magia que tienen es la de trasportarte a otro lugar, donde se
habla de fantasía o donde te evocan sentimientos pasados, cosas que te gustan,
o por el contrario miedos. Me gustaría hacer llegar a mis futuros alumnos que
el leer no es pesado, que después de una lectura o de contar un cuento no
tenemos porque hacer una ficha, ni saber la vida y milagros del autor (eso ya
es más de la ESO o bachillerato), que después de una lectura podemos tener un
rato de tertulia donde hablar libremente de lo que nos ha parecido la historia,
si alguna vez nos ha pasado algo parecido, de que los niños se muestren, se
abran, hablen de sus sentimientos, eso me parece más importante.
En
mi poca experiencia, y en este año en las prácticas, he podido ver que muchas
veces los docentes escogen los libros por que les resulta curioso la portada,
pero no se paran a hacer una selección de libros para tener en el aula o para
contar a los niños, libros donde los niños se identifiquen. Además cuando vamos
siendo más mayores, se nos obliga a leer libros, que tampoco nos interesan, que
no muestran la realidad de los lectores, por ello pienso y me doy cuenta que no
es de extrañar que a los niños y futuros adultos, les guste tan poco la
lectura. Yo me considero una persona que
le gusta leer, no sé si por verlo en mi casa o porque en su momento di con un
profesor o profesora que me despertó el gusanillo a la lectura, pero me gusta
mucho, creo que es una ventana a nuevos mundos, nuevas sensaciones, y desde que
empecé esta asignatura me he dado cuenta que de los libros más infantiles te llenan,
te descubren sentimientos ocultos, te transportan a aventuras o recuerdos de
infancia que creías olvidados. Por ello, además de leer libros de “adultos”
también estoy descubriendo libros infantiles geniales, y creando mi pequeña librería.
Como
objetivo en mi futura profesión me pongo la meta de crear lectores, empezando
con los más pequeños, haciéndoles disfrute de la lectura como algo divertido,
no cómo algo obligatorio y pesado.
Perfecto. ¡Ya le tienes pillado el truco a las reflexiones de los temas :)
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