Hola a todos,
Como ya dije en
mi primera entrada, este blog no sólo lo he creado para la asignatura de
literatura Infantil, sino para exponer mis ideas sobre otros temas, todos ellos
relacionados con la educación.
Por eso, al leer y oír esta noticia la semana
pasada, no he podido resistir las ganas de comentarla.
El pasado 6 de
Febrero, salía a la luz una noticia donde
los padres de un niño de 8 años, en Palencia, recurrían al Tribunal
Constitucional una sentencia, que les dictaba que debían trasladar a su hijo
con autismo a un centro especializado. Estos padres, junto con el respaldo y el
asesoramiento de la Asociación para la Solidaridad Comunitaria de las Personas
con Diversidad Funcional y la Inclusión Social (Solcom) reclaman el derecho a
estudiar en inclusión, derecho a la educación inclusiva reconocido en el
artículo 24 de la Convención de la ONU sobre los Derechos Humanos de las
Personas con discapacidad, y en los artículos 10, 14,15 ,24 y 27 de la
Constitución Española.
Estos padres,
quieren que la Administración Educativa proporcione a su hijo los apoyos
necesarios en un aula ordinaria, para que el niño pueda disfrutar de su derecho
a una educación inclusiva en su colegio ordinario y en igualdad al resto de los
alumnos.
Además estos
padres, luchando por su hijo, fueron imputados en 2011 por un delito familiar,
ya que se negaron a llevar a su hijo a un centro de educación especial al que le
obligaba la administración educativa.
Existen casos en
España, donde niños con diversidad funcional (austismo, asperger, etc), con
dificultades en el aprendizaje o con alguna necesidad educativa especifica, se encuentran en centro ordinarios con apoyos
educativos y están integrados, donde encuentran respuesta a su dificultad, sea
cual sea, además de convivir con niños de su misma edad, donde un niño con algún
tipo de dificultad aprende de sus compañeros y los compañeros aprenden de “ese
amigo especial”
Mi pregunta es,
¿Existe en la realidad, tanto educativa como social, la inclusión? ¿Es la
inclusión un fin a alcanzar?
A la conclusión
que yo he podido llegar, y más después de haber cursada la asignatura Bases Psicopedagógicas
para la inclusión de niños con necesidades educativas especificas, es que la
inclusión educativa y social, no debe ser un fin a alcanzar, sino una realidad,
un modo de vida.
Un claro ejemplo de inclusión, y sobre todo, educativa
es el caso de SUPER ANTONIO.
Una estupenda reflexión. Me ha encantado. Anotada.
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